Que cuando está triste baja la cabeza y el cabello rubio le tapa la cara. Sostiene un cigarro en la mano derecha, o una cerveza, o ambas cosas; la otra crispada en la rodilla. Luego levanta la vista, con los ojos llorosos, y te dice "Pero bueno, pa'lante". Y tú no puedes más que añadir "Amén", y brindar con él.

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