Un segundo.

Quizás si el tiempo se detuviese un solo segundo lograríamos por un momento alcanzar la felicidad absoluta, y sería en ese mismo momento donde no te importara nada de lo que tienes alrededor, solo ese instante y te pierdes en el porque no necesitas nada más. Por esa razón la vida está llena de esos momentos que recordamos siempre aunque estos fueran efímeros, y luego al recordarlos sale esa sonrisa que te hace imaginar por un instante que estás allí disfrutando, riéndote, sin importar nada y nadie más.

living la vida loca